Un vistazo a la evolución en Cuatro Ciénegas, Coahuila

Elizabeth Duarte S.

El pasado de Cuatro Ciénegas

La teoría de la deriva continental dice que el primer océano que rodeo a Pangea fue Panthalassa. Hace doscientos veinte millones de años empezó a abrirse Pangea en dos, desatando la formación de los continentes que ahora conocemos. Al entrar el mar a la región, Cuatro Ciénegas representó una nueva oportunidad de conquista para los organismos marinos, en particular una nueva zona somera para los tapetes microbianos y estromatolitos que llevaban viviendo en estas costas miles de millones de años. La razón por la que siguen ahí a pesar de que el mar se retiró hace 35 millones de años es un misterio, una posibilidad es que las plantas nunca pudieron colonizar este lecho marino ancestral y por lo tanto no se formó suelo sobre los estromatolitos Gracias a ésta anomalía ecológica, la vida marina de esa época se salvaguardó en el Churince, dentro del Valle de Cuatro Ciénegas y de ahí se repartió a todas sus pozas, ríos y lagunas de la región. Cuatro Ciénegas es especial no solo porque es muy antigua sino porque es probablemente, la zona con mayor diversidad microbiana del planeta. Una hipótesis que explica esta diversidad extrema se llama “Comida, sexo y viajes” y si no hay comida, como es el caso de este sitio, hay una alta tasa de especiación debido al aislamiento reproductivo. Por otra parte si las poblaciones son pequeñas estas se vuelven locales y los migrantes no son bienvenidos, por lo que las criaturas que se encuentran en cada sitio son distintas y cada una evoluciona en respuesta a sus vecinos más cercanos.

¿Qué son los tapetes microbianos?

Un tapete microbiano es el ensamble de especies más antiguo y más significativo del planeta, ya que en estas comunidades se establecieron desde un inicio los ciclos biogeoquímicos que no solo hacen la vida posible sino que también transformaron al planeta en uno con oxígeno. Cuando el agua del ambiente es rica en carbonatos el tapete microbiano precipita los minerales creando a los arrecifes del pasado. Es extraordinario que todo el suelo del valle, si está húmedo, es un tapete microbiano y si este tapete se encuentra en una poza rica en carbonatos, entonces formará arrecifes de estromatolitos. Hay estromatolitos y tapetes microbianos en muchos sitios húmedos del mundo, siempre y cuando las condiciones ambientales sean tan extremas que no permitan el crecimiento de las algas, las cuales compiten por luz con los organismos fotosintéticos ancestrales que viven en estas comunidades. Es precisamente la adaptación a este ambiente tan pobre en nutrientes donde no crecen las algas, lo que permitió la persistencia de organismos cuyos ancestros más cercanos no solo son marinos sino que datan de hace 800 millones de años. La gran lección que nos da el planeta, no es que se haya originado vida, sino que a pesar de todo, persistió.

¿Por qué Cuatro Ciénegas es una ventana al pasado y al futuro?

Valeria Souza Saldivar, del departamento de Ecología Evolutiva, del Instituto de Ecología de la UNAM, encabeza tres de las investigaciones más importantes a nivel nacional e internacional para resolver el misterio que representa Cuatro Ciénegas. Sus proyectos incluyen, por supuesto, conservar esta máquina del tiempo.
         El primero es el inventario total del Churince, donde el equipo de la Dra. Souza se encargará de geoposicionar y genotipificar la vida en una parte particularmente antigua y lastimada del valle. Este esfuerzo incluirá a virus, bacterias, plantas, animales e insectos y no solo nos dirá quiénes son los organismos que viven ahí y dónde se refugian sino cómo interactúan entre si y establecen redes complejas. Desafortunadamente, su trabajo va contra el tiempo, ya que después de sobrevivir miles de millones de años bajo el agua y bajo el sol, los tapetes microbianos y estromatolitos del Churince están muriendo por la extracción desaforada del agua profunda por los agricultores de la región.
         El segundo proyecto es Follow the Elements, en colaboración con la NASA. Su objetivo es entender cómo la vida mueve los elementos para la supervivencia. Valeria Souza también explica que al poder estudiar las rocas muy antiguas, se puede conocer cómo era el ambiente en el pasado en este planeta y por lo tanto inferir condiciones paralelas en nuestro hermano planetario, Marte.
         “Al saber lo que tenemos aquí, podremos reconocer qué buscar en otros planetas. Los robots perciben colores, formas y tienen sensores para ver la proporción atómica de las cosas; entonces, al entender cómo está moviendo la vida estos átomos aquí en la Tierra, se pueden diseñar mecanismos con instrucciones más especializadas para que las máquinas que tomen una muestra del suelo de Marte sepan dónde buscar mejor y así incrementar la posibilidad de saber si hay o hubo vida en el planeta rojo’’ agrega Valeria Souza al reflexionar sobre la importancia de estudiar y proteger Cuatro Ciénegas.
         El tercero proyecto y probablemente el más importante para la conservación, se llama Ciencia para Gente, que consiste en que su equipo de trabajo se acerque a las comunidades ejidales para preservar las riquezas naturales del Valle poniendo a su servicio los recursos genéticos ancestrales de sus bacterias.
         “Estamos deteriorando de tal manera nuestro planeta, que si podemos aprender la manera de reciclar de los microorganismos de este sitio podemos hacer biorremediación y limpiar parte del desastre que estamos haciendo en el resto del mundo e inclusive repeler a los microbios malos, los que nos enferman; ya que en el sitio hay numerosos antibióticos y toxinas porque estas comunidades llevan miles de millones de años compitiendo entre sí, viviendo del reciclado, deshaciendo cualquier elemento o compuesto para sobrevivir’’, afirma.