Agave no es marca

Por Clementina Equihua Z.

Enlaces actualizados 12 de julio, 2020.

Desde octubre de 2011 se empezó a discutir en las oficinas de la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (COFEMERun anteproyecto presentado por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI),con el que se pretendía “regular el uso del vocablo Agave como una marca propiedad del Estado a efecto de establecer el régimen regulatorio mínimo y obligatorio sobre el uso de dicha marca”. 

     Después de analizar 147 comentarios y observaciones que enviaron diferentes miembros de la sociedad, entre ellos productores de bebidas elaboradas con agave y científicos, el 2 d febrero, 2012 la COFEMER emitió el dictamen final del Anteproyecto con número de expediente 10235El objetivo del anteproyecto era “evitar la competencia desleal generada en contra de las Denominaciones de Origen Tequila, Mezcal y Bacanora mediante la regulación de la marca agave” En su dictamen la COFEMER considera que “al existir una gama tan variada de especies de Agave en diferentes regiones de nuestro país, así como bebidas alcohólicas elaboradas con dicho insumo, puede llevar a que con el tiempo, otros productos se posicionen entre los consumidores, con su respectivo valor añadido, calidad, autenticidad y preferencia, que de emitirse el Anteproyecto, se estaría restringiendo este posicionamiento de las Bebidas Genéricas, tal y como lo hicieron, en su momento, el Tequila, el Mezcal y el Bacanora”.

     De esta manera la COFEMER reconoce que la variedad de especies de agave o maguey en México tienen gran su valor como parte de nuestra cultura. Hay magueyes en prácticamente todo el territorio. El nombre Agave fue acuñado por Lineo en 1753 y a la fecha los botánicos han identificado cerca de 200 especies, todas son americanas y un poco más de la mitad son exclusivamente mexicanas, esto es son endémicas. Por las condiciones en las que han evolucionado, los magueyes tienen un metabolismo que produce y conserva azúcares, fibras y agua, gracias al cual puede tolerar condiciones de sequía. En parte son estas cualidades las que hacen que sean útiles para la elaboración de bebidas de todo tipo, desde el agua miel y el pulque, hasta las bebidas fermentadas como el bacanora, mezcal y el tequila. La cultura mexicana ha florecido alrededor de los magueyes ya que no solamente se han aprovechado para obtener bebidas, sino que se extraen fibras y sus hojas se utilizan con fines culinarios. Además, los magueyes con frecuencia son usados como cercas vivas y hay especies que crecen asociadas a ellos, que son aprovechadas como alimentos, como es el caso de los gusanos de maguey.

     Diversos científicos se opusieron a la propuesta argumentando que hay evidencia de que los magueyes se usan para elaborar bebidas alcohólicas por lo menos desde hace 400 años. La denominación de origen no incluye a las 26 entidades federativas (la denominación de origen sólo incluye a 7) y por lo menos, 39 especies de agave, para producir mezcal, tequila y bacanora, lo que constituye parte de nuestra diversidad biológica y del patrimonio cultural inmaterial de México. La denominación de origen sólo menciona a cinco de estas especies. Con el fin de impulsar su propuesta de registro, el IMPI sugirió que las bebidas genéricas hicieran uso del vocablo Agavaceae como término descriptivo de los productos que no podrían llevar la palabra Agave. Sin embargo, la palabra Agavaceae se refiere a la familia a la que pertenece el género Agave, que también contiene a plantas de más de treinta géneros. De tal forma que el término sería completamente inútil.

     En los últimos años los cultivos de agave azul (Agave tequilana) han sufrido de graves pérdidas por la incidencia de enfermedades devastadoras. Esto se debe a que no hay variación genética en dichos cultivos porque son de plantas que han sido reproducidas vegetativamente. La reproducción sexual, que se logra permitiendo que las plantas produzcan flores y sean polinizadas, enriquece la variedad genética de los cultivos, con la consecuente ventaja que desarrollan resistencia natural a las plagas y enfermedades. 

     En una época en la que se ha demostrado que los cultivos mezclados reportan enormes ventajas para la agricultura, la producción de agave a gran escala le apuesta a los monocultivos que hacen más uso de agroquímicos para lograr producciones rentables. Este sistemas no se contempla las ventajas que representa desarrollar métodos sustentables que contribuyan al cuidado de la biodiversidad y que ayuden a mantener una relación más armónica con el ambiente que cada vez son más atractivos para los consumidores. Es clave aumentar el valor de los productos elaborados desarrollando métodos alternos que respeten al medio ambiente y no creando restricciones que fomenten la desaparición de la biodiversidad.

El expediente de la COFEMER puede ser consultado aquí: expediente agave

Fotografía: C. Equihua Z.