Pensar la vida

Por José Sarukhán y Miguel-León Portilla


En el año 2007 El Colegio Nacional organizó un simposio cuyo objetivo fue explorar ampliamente el concepto de la vida. Esta obra reúne las experiencias y vivencias de la vida profesional y cultural de quienes tomaron parte en este simposio.

     El simposio, se inició con la consideración de la vida partiendo de los mitos acerca de sus orígenes, en concepciones que abarcaron desde Mesoamérica (Miguel León-Portilla y Eduardo Matos Moctezuma), transitaron por Egipto y Mesopotamia (Linda R. Manzanilla) y terminaron en Grecia y Roma (Ramón Xirau).

     Las presentaciones franquearon esas concepciones mitológicas para arribar a la realidad orgánica, química y física de la vida al acercarnos a varias incógnitas y problemas: desde su origen en la Tierra a las posibilidades de la vida en otras partes del universo que habitamos (Antonio Lazcano Araujo), hasta los diferentes esfuerzos por encontrar vida inteligente en el ámbito extraterrestre (Luis Felipe Rodríguez).

     Otro conjunto de reflexiones sobre la vida nos introdujo a cuestiones complejas, pero cruciales por sus repercusiones éticas, que van desde la determinación del inicio de la vida humana (Guillermo Soberón), a la regulación neuronal como factor decisivo en normar lo que entendemos como la vida consciente (Pablo Rudomín), y de ahí a la inmunología, es decir, a los mecanismos responsables del mantenimiento estable del estado vivo, especialmente de los humanos (Jesús Kumante). En un salto supraorganísmico, llegamos a la biodiversidad, un término que no existía hace un cuarto de siglo y que se refiere a la descripción y revisión de los millones de formas que la vida, tanto a la escala de los organismos completos y más allá de ellos, ha adoptado como resultado de la influencia de la selección natural sobre el legado genético de los individuos en los ambientes en los que viven especies y comunidades (José Sarukhán).

     Otra sección del simposio estuvo ligada a la vida humana y a los aspectos sociales, con preguntas tales como: ¿Cómo es la vida en la calle?; ¿qué papel desempeña en la socialización de las comunidades humanas? (Roger Bartra); ¿cómo calculan los expertos el valor de una vida humana?; ¿hasta dónde está justificado invertir en una sociedad para resguardar la vida de una persona? (Daniel Reséndiz). También se exploraron los modos según los cuales se piensa y se trata a la vida en la poesía (José Emilio Pacheco) y en la música (Mario Lavista) y la forma como se transmite o se narra lo que una vida ha significado de logros, fracasos, experiencias (Enrique Krauze).

     Hacia el final del simposio se plantearon cuestiones que resultan ser clave para la sociedad, las garantías jurídicas de la vida establecidas en México y el mundo (Héctor Fix-Zamudio), y dado que la vida tiene un término inexorable, mucho importa reflexionar acerca de ella en el contexto de la muerte. En estrecha relación con esto interesa pensar en un régimen jurídico para hacer posible un fin digno de la vida (Diego Valadés). Ruy Pérez Tamayo aborda a la muerte como el fenómeno más universal y el más inevitable desde la perspectiva de la biología y la medicina.

     A lo largo de las sesiones de este simposio hubo una exposición de esculturas de bronce de Vicente Rojo, Volcanes construidos, que evoca un tema que él ha querido relacionar con la vida.

     El resultado de todo este esfuerzo quedó plasmado en la obra Pensar la Vida, que fue enriquecida con imágenes de diferentes expresiones artísticas de la cultura mexicana.

     La coordinación del a edición fue de: José Sarukhán y Miguel León-Portilla y la publicación es conjunta entre El Colegio Nacional y Ediciones Era, con la dirección artística de Vicente Rojo.