Colapso de las colmenas de abejas

Por Jazmín Flores Corona

Tres cuartas partes de nuestra comida se las debemos al trabajo de los polinizadores, que en su mayoría son insectos como las abejas. El papel de los insectos polinizadores es eficiente y barato; sin ellos no tendríamos almendras, manzanas, cerezas, calabazas, entre muchos otros.

     Desde hace varios años los productores de miel de los Estados Unidos y de algunos países de Europa han reportado mortandad masiva de abejas domésticas. Los investigadores han denominado a este fenómeno desorden de la colonia colapsada o CCD por sus siglas en inglés. Se ha buscado la causa de dicho problema, y todo apunta a que es multifactorial, esto es, son varias las posibles causas de la mortandad masiva de abejas. Por ejemplo, un estudio publicado en noviembre de 2013 en Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America describen el mecanismo a través del cual insecticidas con neonicotinoides pueden alterar la respuesta inmune de los insectos y, al mismo tiempo, promover la replicación de patógenos virales y ser uno de los causantes del CCD.

     El CCD ocasiona que colonias de abejas mueran repentinamente sin aparente causa alguna. Los primeros registros de muertes de colmenas se reportaron entre 2006 y 2007 cuando muchos apicultores de Estados Unidos encontraron colmenas completamente vacías. Este mismo fenómeno se reportó en otros países de Europa y Asía.

     El desorden de la colonia colapsada ha derivado en varias hipótesis que podrían explicar su causa que van desde el uso de teléfonos móviles a la introducción de cultivos transgénicos, pero hasta ahora son hipótesis descartadas. Ahora están investigando el efecto que puedan tener las plagas, enfermedades, factores ambientales y económicos y el uso de plaguicidas.

     Una de las posibles causas del CCD parece estar relacionado con un ácaro ectoparásito llamado Varroa destructor. El hospedero original de este ácaro era la abeja asiática Apis cerana, pero cuando Apis melífera fue introducida en Asia el ácaro encontró un nuevo hospedero. Hoy V. destructor se encuentra en todas las regiones apicultoras del mundo menos en Australia, donde no se ha reportado CCD.

     El ectoparásito no causa la muerte de las abejas directamente pero si inocula diversos virus que parecen ser las que afectan a las abejas. Entre los virus que V. destructor transmite están los de la parálisis lenta y al virus de Cachemira que, a pesar de que sí pueden provocar la muerte de las colmenas, los registros no demostraban que pudieran se un problema para los apicultores.

     Los científicos han encontrado que además, otros factores podrían estar afectando a las colmenas, como los son el cambio climático, el estrés que sufren las colmenas al ser transportadas a los campos de cultivo, la desnutrición por la pérdida de diversidad de cultivos en el campo y el uso de plaguicidas, en especial los que contienen neonicotinoides. Los neonicotinoides actúan de manera similar a la nicotina, afectan el sistema nervioso de los insectos alterando su capacidad de volar y navegar, no las mata de manera inmediata.

     Actualmente se buscan soluciones para controlar a V. destructor porque ya es resistente a la mayoría de los acaricidas. Pero además, se busca controlar otros factores que pueden estar contribuyendo al desorden de las colonia colapsada, por ejemplo, la Comisión Europea decidió limitar el uso de plaguicidas con neonicotinoides por un período de dos años. Otra alternativa es fomentar una agricultura libre de pesticidas y diversificar los campos de cultivo, ya que las grandes extensiones de monocultivos pueden ser otro factor de estrés para las abejas que buscan alimento. En casa se recomienda no usar pesticidas de manera indiscriminada y menos durante las horas de su mayor actividad, esto es al medio día. También podemos contribuir a su bienestar cultivando en nuestros jardines plantas que las puedan alimentar.

     Gran parte de nuestra alimentación depende del servicio de polinización de estos insectos. Albert Einstein alguna vez dijo “Si las abejas desaparecen, la humanidad tendría solo cuatro años más de vida” y esto puede llegar a suceder si no actuamos de una manera oportuna.

Fuentes

  • Di Prisco, G., V. Cavaliere, D. Annoscia, P. Varricchio, E. Caprio, F. Nazzic, G. Gargiulob y F. Pennacchio, 2013. Neonicotinoid clothianidin adversely affects insect immunity and promotes replication of a viral pathogen in honey bees. PNAS 110: 18466–18471, DOI: 10.1073/pnas.1314923110.
  • Ratnieks F.L.W. y N.L. Carreck. 2010. Clarity on Honey Bee Collapse? Science 327: 152-153. DOI: 10.1126/science.1185563.
  • Tylianakis, J.M. 2013, The Global Plight of Pollinators. Science 339: 1532-1533. DOI: 10.1126/science.1235464.
  • Vandame, R. Y R. Villanueva Gutiérrez. 2008. El colapso de las colmenas de abejas en Estados Unidos y los posibles riesgos para México. ECOfronteras 33: 18-20.