O. Sánchez Macouzet, C. Rodríguez y H. Drummond
Muchos animales, incluidos los humanos, forman lazos de pareja que pueden
extenderse por varios años. Esto es muy común entre las aves: en la mayoría de
las especies hay individuos que forman relaciones de largo plazo. Como es de
esperarse, mantener una relación duradera no es cosa simple y año con año los
individuos tienen que decidir si quedarse con su pareja actual o cambiar a una
nueva.
En los seres humanos es fácil imaginar las razones que puede tener una pareja
para decidir si siguen juntos o no, pero considerando el punto de vista
biológico ¿por qué quedarse con la misma pareja? Desde hace décadas se
sospecha que permanecer con la misma pareja podría mejorar el desempeño
reproductivo gracias a que los padres se van conociendo más y logran
coordinarse cada vez mejor en la crianza. En las aves, esto podría ser
ventajoso en, por ejemplo, que empiecen a reproducirse más temprano y logren
producir más progenie. Sin embargo, este efecto de la familiaridad ha sido
difícil de demostrar debido a que otros factores, como por ejemplo la edad y
la experiencia de los individuos, suelen ir de la mano con la duración del
lazo de pareja. Esto se debe a que los individuos que llevan más tiempo
juntos, también son más maduros y experimentados.
En el laboratorio de Conducta Animal pusimos a prueba la hipótesis de los
beneficios de la familiaridad utilizando un nuevo enfoque analítico que nos
permitió controlar por primera vez el confuso efecto de la edad y la
experiencia. Utilizamos 24 años de datos de la reproducción del bobo de patas
azules en la Isla Isabel, Nayarit, y encontramos que los individuos que han
estado por más tiempo con su pareja son los que ponen sus huevos más temprano
en la temporada, tienen un mayor éxito de eclosión y producen más crías que
llegan a ser independientes.
Nuestros resultados en el bobo de patas azules son la primera evidencia
contundente de que permanecer con la misma pareja puede mejorar el éxito
reproductivo. Además, sugieren que algunas combinaciones de individuos hacen
buen click desde la primera vez que están juntos, lo que podría explicar
porqué esos individuos tienden a mantener su relación durante más tiempo.
Aunque es fácil sentirnos identificados con la biología de otras especies
socialmente monógamas, aún está por verse si el efecto de la familiaridad
también se extiende a nosotros los humanos.
Fuente
Sánchez-Macouzet O, Rodríguez C, Drummond H. 2014 Better stay together: pair
bond duration increases individual fitness independent of age-related
variation. Proc. R. Soc. B 281, 20132843.
http://dx.doi.org/10.1098/rspb.2013.2843