Las construcciones ecológicas pueden ser mortales para las aves

Por Sarah DeWeerdt
Traducción de Esmeralda Osejo
Publicado originalmente el 29 de marzo de 2016 en Conservation This Week

Las colisiones contra ventanas son una de las principales causas de origen humano asociadas con muertes de aves en los Estados Unidos, y son responsables de hasta mil millones de fatalidades cada año. Esto representa el 9% de la población entera de aves del país.

     En general, mientras mayor es la cantidad de ventanas que tiene un edificio y más grandes son, se vuelve más peligroso para las aves. Muchos edificios “verdes” están diseñados con una gran cantidad de ventanas, con la intención de reducir la necesidad de luz y calor artificiales, de modo que puede haber un conflicto entre ahorrar energía y salvar aves.

     Utilizar cristales con patrones grabados, parteluces o capas que reflejen los rayos UV puede ayudar a que las aves reconozcan las ventanas como una barrera y eviten volar hacia ellas. Sin embargo, los científicos no tienen un conocimiento completo acerca de cómo funcionan estas medidas, así como de cuáles son los aspectos de los edificios y la biología que hacen a las aves más vulnerables a estrellarse contra una ventana.

     Dos estudios recientes llevados a cabo en extremos opuestos de los Estados Unidos proveen parte de la información faltante. En el primer estudio, investigadores de la Universidad Duke estudiaron seis edificios en el campus para determinar cuáles eran responsables de una mayor cantidad de choques de aves [1].

     Los investigadores realizaron inspecciones de 21 días de duración, en la primavera de 2014, el otoño de 2014 y la primavera de 2015, recorriendo el perímetro de cada edificio todos los días para buscar aves muertas.

    Debido al reducido tamaño de la muestra, con tan sólo seis edificios, los investigadores se centraron en la información cualitativa en lugar del análisis estadístico. Tanto las áreas con mayor cantidad de ventanas como las áreas rodeadas por una mayor cantidad de cobertura forestal en un edificio se asocian con un mayor porcentaje de choques de aves, explican.

     Uno de los edificios, el Fitzpatrick Center for Interdisciplinary Engineering Medicine and Applied Sciences, resultó responsable de tres cuartos de las colisiones. El 57% del área de su superficie es cristal, y aproximadamente el 33% está rodeada por cobertura forestal.

     Sin embargo, el estudio también proporciona pruebas de que las medidas para prevenir las colisiones de aves contra las ventanas pueden ser efectivas. El edificio Penn Pavilion tuvo solamente dos choques, a pesar de que un 97% de su fachada está hecho de cristal y el 76% está rodeado de bosque. Penn es el único edificio en el estudio cuyos cristales están serigrafiados, grabados con líneas muy juntas que contribuyen a hacerlos visibles a las aves.

     En el segundo estudio, investigadores de la Academia de Ciencias de California registraron las colisiones de aves contra las ventanas del edificio de la Academia en el Golden Gate Park, en San Francisco, de marzo de 2009 a finales de 2013 [2]. Éste es uno de los pocos estudios sobre choques de aves llevados a cabo al oeste del río Mississippi, y uno de los pocos que incluyen información global por año y por conjunto de años.

     El edificio, que alberga un museo de historia natural, un acuario y un planetario, fue el sitio de 308 choques fatales de aves en el transcurso del estudio; esto es un promedio de 60 por año, con más de 30 especies afectadas.

     Los investigadores encontraron que más del 90% de colisiones fatales sucedieron en ventanas con cristales grandes, de un metro o más de ancho. Las ventanas pequeñas con cristales de medio metro o menos de ancho presentaron un porcentaje mucho menor de choques, lo cual sugiere que dividir los cristales más grandes mediante parteluces o incluso parteluces falsos podría hacerlos más seguros para las aves.

    También estudiaron a las aves presentes en las áreas verdes contiguas, para poder determinar cuáles corren un mayor riesgo de chocar contra las ventanas. Sospechan que los machos son desproporcionadamente vulnerables debido a que son territoriales; los juveniles porque son inexpertos; y las especies migratorias porque están menos familiarizadas con el área.

     No queda clara la razón por la cual las aves pequeñas son más susceptibles a chocar contra las ventanas que las aves grandes, pero tres de las especies afectadas con mayor frecuencia fueron colibríes; una de las especies en particular, el colibrí de Ana, representó el 42% de todos los choques fatales.

     En marzo de 2011 se instalaron persianas retráctiles en el exterior de las ventanas con cristales grandes, en los lados este y oeste del edificio de la Academia de California. Éstas redujeron dos tercios la superficie de ventanas en cada fachada, pero los choques de aves se redujeron aún más: al 6-10% de los números anteriores.

     En la Universidad Duke, los investigadores utilizaron sus resultados como la base para hacer un llamado por parte del gobierno estudiantil, pidiendo una resolución y exigiendo a la administración que tomara acción para reducir las colisiones de aves contra las ventanas. Dicha resolución y la subsecuente cobertura de los medios consiguieron hacer que se colocara una capa con un patrón punteado, que serviría para prevenir a las aves, en un gran porcentaje de las secciones de la fachada del Centro Fitzpatrick, en septiembre de 2015.

     Los investigadores también argumentan que se debería dar mayor importancia a las medidas para prevenir los choques de aves en los códigos de construcción sostenible. Por ejemplo, el Centro Fitzpatrick tiene la certificación LEED Silver (LEED Plata), y el edificio de la Academia de California tiene la certificación LEED Double Platinum (LEED Doble Platino). No obstante, aunque ambos edificios son amigables con el medio ambiente, pueden ser fatales para las aves.

Fuentes


  1. Ocampo-Peñuela N. et al. “Patterns of Bird-window Collisions Inform Mitigation on a University Campus.” PeerJ. DOI: 10.7717/peerj.1652
  2. Kahle L.Q. et al. “Bird-window Collisions at a West-Coast Urban Park Museum: Analyses of Bird Biology and Window Attributes from Golden Gate Park, San Francisco.” PLoS ONE. DOI: 10.1371/journal.pone.0144600


Versión en inglés: When Green Buildings Are Deadly to Birds

Colaboración con la revista Conservation de la Universidad de Washington, EUA.

Imagen: ©Aftab Uzzaman via Flickr