El nuevo mundo subacuático de la polinización

Brandon Keim
Traducción de: Michel Martínez
Publicado originalmente el 05 de octubre de 2016 en Conservation This Week

Aún es posible descubrir fenómenos que son ecológicamente importantes de forma generalizada y francamente hermosos, incluso en esta etapa relativamente tardía en la exploración de la Tierra.
         A saber: la polinización subacuática, en concreto mediante animales. Hasta hace apenas unos años, no se pensaba que esto ocurriera. A diferencia de lo que sucede en la superficie terrestre, donde la mayoría de las plantas con flores dependen de los animales que llevan el polen al estigma, se pensaba que la reproducción vegetal en un mundo sumergido dependía exclusivamente de las corrientes y la marea.
         En 2012, sin embargo, investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México describieron algo intrigante: diminutos crustáceos cubiertos con granos de polen que visitaban las flores de las praderas marinas. Sorprendentemente, parecía como si los crustáceos sirvieran de polinizadores, aunque los investigadores no estaban seguros.
         Al parecer tenían razón. En un estudio publicado en el diario Nature Communications, los mismos científicos, bajo la dirección de la bióloga marina Brigitta van Tussenbroek, llevaron a cabo una serie de experimentos con base en un acuario diseñado para determinar si los crustáceos en realidad polinizaban las plantas o simplemente sucedía que las visitaban. Se dieron cuenta de que en la ausencia total de la corriente, las praderas marinas florecían solamente cuando los crustáceos las visitaban.
         Los científicos explican, refiriéndose a las especies de las praderas marinas: “Con esta evidencia experimental, demostramos que los invertebrados marinos son polinizadores de T. testudinum, revocando así el paradigma de que el agua es la única que transporta el polen en el mar”. El equipo de Van Tussenbroek ha acuñado un nuevo término para referirse a este fenómeno: polinización zoobenthophilous.
         Los hallazgos tienen implicaciones prácticas obvias. Los prados marinos son cruciales para muchos hábitats de aguas poco profundas, ya que, como señalan Van Tussenbroek y sus colegas: “se encuentran entre los ecosistemas más productivos del mundo y mejoran la transparencia del agua, estabilizan los litorales y almacenan carbon, además de suministrar alimento y dar refugio a una diversa comunidad de fauna”. Entender el papel que desempeñan los crustáceos al mantener estos prados debería contribuir a que la gente los proteja. Lo que también podría inspirar a los científicos a buscar evidencia de la polinización animal en otras plantas acuáticas.
         Más allá de los fines prácticos, también hay implicaciones poéticas. Contemplar una abeja o una mariposa es una hermosa experiencia; un recordatorio de que existen innumerables e infinitas interacciones que hacen el mundo terrestre tan verde y abundante. De la misma manera, podríamos pensar acerca de los pequeños crustáceos.
         En tanto que las flores de las praderas marinas sólo abren de noche, en vez de durante el día, podríamos mirar la superficie del mar iluminado por la luz de la luna e imaginar un ajetreo de polinización bajo las olas; algo que, hasta hace muy poco tiempo, se desconocía de su existencia. A pesar de todo lo que ya sabemos, aún queda mucho por aprender.

Versión en inglés: The new underwater world of pollination

Colaboración con la revista Conservation de la Universidad de Washington, EUA.

Fuente

Van Tussenbroek et al. Experimental evidence of pollination in marine flowers by invertebrate fauna. Nature Communications 7, Article number: 12980 (2016) DOI: 10.1038/ncomms12980

Imagen: Brigitta van Tussenbroek.