Clementina Equihua Z.
El cambio climático, la destrucción de los ecosistemas, el crecimiento de la
población humana, la demanda de recursos naturales, etcétera, son una realidad
en las cuales están inmersas las sociedades modernas. Esta nueva realidad es
compleja y pone ciertas presiones en las sociedades que varían dependiendo de
muchos factores más, entre ellos las inequidades económicas.
Muchos de los problemas que se viven en las sociedades modernas no son
claramente discernibles, o pueden cambiar en complejidad dependiendo de
factores externos, políticos y sociales. Por ejemplo, debido al cambio
climático es de esperarse que las variaciones locales del clima provoquen más
inundaciones, sequías, lluvias torrenciales, huracanes más intensos, etcétera.
Estos problemas se pueden hacer más complejos por la destrucción de los
ecosistemas y porque las poblaciones que los padecen no están preparadas para
enfrentarlos y enfrentar situaciones imprevistas.
Este tipo de problemas no se resuelven de una sola manera ya que tienen muchas
aristas. En las ciencias de la sostenibilidad estos problemas, que son
complejos por las diversas aristas que tienen, se denominan “problemas
perversos” o en inglés wicked problems, porque sus características y
condiciones no son obvias y son más complicados de resolver que lo que podemos
percibir. Una traducción literal de wicked es “retorcido”.
En el sentido estricto, los problemas perversos no se resuelven, se gobiernan
y se debe conducir a la mejora de la situación social a través del buen
gobierno. Para lograrlo se necesita de información, de una base legal y de una
base técnica científica. Y las políticas públicas deben ser dinámicas, esto
porque los problemas perversos no son estáticos, cambian con el tiempo, por
situaciones imprevistas o por las características intrínsecas de cada
sociedad.
El desarrollo sostenible es la mejor manera de enfrentar estos problemas. La
ONU habla por primera vez del desarrollo sostenible en 1987 en el documento
Nuestro futuro común. Sostenibilidad quiere decir que se satisfagan las necesidades humanas
fundamentales al mismo tiempo que se intenta conservar los sistemas que
soportan la vida en nuestro planeta.
A raíz de la búsqueda de la sostenibilidad han surgido las Ciencias de la
Sostenibilidad que el científico estadounidense Rober Kates describió en 2011
en un artículo que publicó en la revista académica Proceedings of the National
Academy of Sciences:
Es "un campo emergente de investigación relacionado con las interacciones
entre los sistemas naturales y sociales, y de cómo esas interacciones afectan
el reto de la sostenibilidad: satisfacer las necesidades de las generaciones
presentes sin comprometer las de las generaciones futuras”.
La sostenibilidad busca integrar tres dimensiones: la ambiental, la económica
y la social (incluida la socio-política).
El 17 de junio se celebró en la ciudad de Mérida
el primer encuentro internacional del Laboratorio Binacional de
Sostenibilidad, Vulnerabilidad y Adaptación al Cambio Climático. El
laboratorio binacional una iniciativa conjunta del Dr. Enrique Graue, rector
de la UNAM, y del Dr. Michael Craw, presidente de la Universidad Estatal de
Arizona (ASU).
El objetivo de este laboratorio, en el que juega un papel muy importante el
Dr. Luis Bojorquez del LANCIS del Instituto de Ecologia, es estrechar la
colaboración entre las dos universidades, las más grandes de nuestro
continente, para fomentar el uso de herramientas y tecnologías de vanguardia
sobre evaluación de la sostenibilidad.
Este laboratorio, denominado SVACC por las siglas de Sostenibilidad,
Vulnerabilidad y Adaptación al Cambio Climático, tiene como objetivos:
- La creación de capacidades para avanzar en el estado del arte de la sostenibilidad en los Estados Unidos, México, Centroamérica y el Caribe
- Brindar soluciones oportunas, eficaces, asequibles y escalables a los retos de sostenibilidad en la región que comparten los países del Golfo de México, Centro América y el Caribe.
De esta manera se busca lograr una mejoría tangible de las capacidades en la
región para incorporar los principios de desarrollo sostenible en la toma de
decisiones.
Entre las tareas principales del laboratorio SVACC está permitir mejorar la
capacidad para reportar el estado de la región a múltiples escalas, formular
políticas coherentes e informadas, y facilitará el cumplimiento de las
convenciones internacionales sobre desarrollo sostenible en la región. Para
tal efecto, se constituirá en una red regional de ciencias de sostenibilidad
de vanguardia y alto impacto.
Para ello el LANCIS se conformará a manera de un nodo de generación,
integración y síntesis que sirve de vínculo entre el ámbito académico, los
tomadores de decisiones del sector público y los diversos sectores organizados
de la sociedad. Así, el LANCIS está dirigido a ligar la ciencia y la toma de
decisiones para facilitar el tránsito hacia la sostenibilidad en el país.
La red buscará una mayor transparencia e inclusividad en las políticas
públicas para así empoderar a las comunidades locales a través de la
innovación tecnológica y el intercambio de mejores prácticas internacionales.
Este laboratorio es una innovación académica en el sentido de que busca la
creación de capacidades y el desarrollo de nuevos esquemas de investigación
científica que permitan desarrollar mecanismos más eficientes para incorporar
técnicas de vanguardia para enfrentar los problemas de sostenibilidad y
vulnerabilidad que enfrenta la región.
Los problemas complejos que enfrentan las sociedades modernas no se resuelven
de la misma manera que se resolvían décadas anteriores. Ahora dependen de
soluciones innovadoras que involucran a más actores sociales y la
sostenibilidad es una de ellas.
Fuentes
- Asamblea General de las Naciones Unidas, Comisión Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo. 1988. Nuestro Futuro Común. Alianza Editorial, Madrid.
- Kates, R. 2011. What kind of a science is sustainability science? PNAS 108 (49): 19449-19450.