La sustentabilidad del comercio internacional de vida silvestre: resultados de la Cop18 de Cites


Clementina Equihua Zamora

En El viejo y el mar Ernest Hemingway describe los esfuerzos de un viejo por pescar algo después de más de dos meses sin éxito. Finalmente captura un marlin, un hermoso pez que no puede subir a su lancha. Entonces decide remolcarlo hacia la costa y en el camino se le acerca un tiburón hambriento que detectó la sangre del pez herido:

“El tiburón no era accidente. Había surgido de la profundidad cuando la nube oscura de sangre se había formado y dispersado en el mar a una milla de profundidad”.

         La historia narra que el tiburón empezó a nadar siguiendo el curso del bote. Hemingway identifica el tipo de tiburón del que se trataba: un mako y lo describe como un animal “hecho para nadar tan rápidamente como el más rápido pez en el mar y todo en él era hermoso, menos sus mandíbulas.” Dice: “Su lomo era tan azul como el de un pez espada y su vientre plateado y su piel era suave y hermosa”.

         Mako es el nombre común de dos especies de tiburones, el mako de aletas cortas, y el mako de aletas largas. Los tiburones mako viven en todos los océanos de aguas tibias y templadas del mundo y, como lo dice correctamente Hemingway, son los tiburones más rápidos de los océanos. Los mako son apreciados para la pesca deportiva y su carne y aletas son utilizadas en la gastronomía para la elaboración de diversos platillos, entre ellos la sopa de aleta de tiburón. También, son pesca incidental en redes de captura de atún.

         El ciclo de vida de los tiburones mako es muy lento, las hembras se tardan 21 años en llegar a a la edad reproductiva, hasta que tienen unos 4 m de longitud. A lo largo de su vida las hembras de mako apenas logran reproducirse 4 veces, y, siendo ovovivíparos, paren a entre 4 y 25 crías cada 3 a 4 años.

         En un documento integrado por expertos de tiburón, se estima que las poblaciones de mako se han reducido en 96% en el mediterráneo y 34 en el atlántico. Considerando el grave problema de las poblaciones de los tiburones mako, durante la décimo octava Conferencia de las partes de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES COP 18) Rodrigo Medellín del Instituto de Ecología de la UNAM, en su carácter de asesor de la Autoridad Científica CITES de México, la CONABIO, fue el portavoz de la propuesta que prepararon docenas de expertos de muchos países sobre la especie. El Dr. Medellín expuso la grave situación de las poblaciones de tiburones mako ante representantes de 150 países: autoridades, académicos y conservacionistas.

         Algunos de los elementos más evidentes por los que la especie efectivamente cumple con los criterios para entrar al apéndice II son:
  1. Aún si la pesca de mako se detuviera mañana, la población continuaría su descenso hasta por lo menos el año 2035, porque el número de hembras que están alcanzando la madurez es menor que el de las hembras que ya están muriendo por su avanzada edad.
  2. Por lo menos las poblaciones del Atlántico norte, del océano Índico y del Mediterráneo ya están colapsadas o sobrepescadas
  3.  La UICN recientemente reclasificó a esta especie como en peligro, por las graves disminuciones en sus poblaciones.

¿Qué es CITES?

La CITES entró en vigor en 1975. Es un acuerdo internacional concertado entre los gobiernos de 183 países o Partes, cuya finalidad es velar por que el comercio internacional de especímenes de animales y plantas silvestres no constituya una amenaza para su supervivencia. Los países miembro se adhieren a esta Convención por voluntad propia y constituye un marco que respetan los países formulando su propia legislación nacional para garantizar que la CITES se aplique a escala Nacional.

         Hoy, la CITES protege a unas 5,800 especies de animales y alrededor de 30 mil de plantas de todo el mundo.

         México es miembro de la CITES desde 1991 y la autoridad científica está en CONABIO. La autoridad científica procura que “el comercio internacional de las especies incluidas en los Apéndices de la CITES se regule utilizando la mejor evidencia científica, técnica y comercial disponible, a fin de asegurar su conservación y su aprovechamiento sustentable”. Esta autoridad se apoya en científicos del país con el fin de emitir recomendaciones sustentadas.

         En la COP18 de CITES, una reunión que se llevó a cabo del 17 al 28 de agosto, también se decidió, entre muchos otros temas:
  • No adoptar las propuestas de permitir el comercio limitado de marfil
  • Por unanimidad, examinar el comercio de aves canoras que no están en CITES, al igual que de anguilas, Boswellia (género al que pertenece el incienso bíblico) y árboles del género Dalbergia (conocidos como palo de rosa), para determinar el papel que puede jugar CITES en su conservación y manejo.
  • Se incluyeron en el Apéndice II todas las iguanas terrestres del género Ctenosaura, muchas de ellas endémicas de México
  • Dada la recuperación de la poblaciones de cocodrilos de río, Crocodylus acutus, se redujo la necesidad de transferirlo del Apéndice I al Apéndice II
  • Urgieron a México para que movilice a sus autoridades legales y a la armada, para prevenir que pescadores y barcos de pesca entren al refugio de la vaquita marina. Así mismo emitieron el mandato para que la secretaría CITES evalúe qué tan efectivas son estas medidas y para que den un reporte a fines de 2019.
         El tiburón mako será protegido bajo el apéndice II de CITES a partir de finales de noviembre de 2019. Esto quiere decir que los países que deseen comerciar con la especie a escala internacional deberán evaluar la sustentabilidad de las pesquerías y preparar los denominados Dictámenes de Extracción no Perjudicial para poder emitir certificados CITES de exportación. En México, este esfuerzo involucrará también a las otras dos autoridades CITES: la Autoridad Administrativa, representada por la Dirección General de Vida Silvestre (SEMARNAT) y a la Autoridad de Aplicación de Ley por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA).

         Los nuevos requisitos permitirán robustecer la ciencia alrededor de las pesquerías de mako, porque su inclusión en Apéndice II implica que se hagan estudios detallados del estado de las poblaciones para así poder determinar el nivel de explotación que la especie tolera sin llegar al riesgo de extinción. En palabras de Ivonne Higuero, secretaria general, “La CITES no se desarrolló para prohibir el comercio, sino para regular el comercio internacional, y asegurarse de que el comercio sea sustentable y que no haya riesgo en la sustentabilidad de las especies amenazadas'”.

         El esfuerzo de nuestros científicos y de la delegación mexicana en la COP18, dan una luz de esperanza a la sobrevivencia de los tiburones más veloces de los océanos de todo el mundo y a la de la singular vaquita marina en el alto Golfo de California.

Fuentes